El primer contacto con el sistema de salud lo establecen el individuo y su familia (responsabilidad individual). Esto significa que, ante la aparición de algún malestar físico, la persona debe recurrir, de forma rápida, a la consulta médica o a los centros de salud. La adecuada información proveniente del paciente hace que este pueda colaborar estrechamente con el médico, tanto en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades como en la prevención y rehabilitación.
La atención médica se define como la interacción entre el médico y el paciente. Su objetivo primario es diagnosticar, para después determinar las estrategias terapéuticas que ayudarán a restablecer el estado de salud.
Para que la atención sea realmente efectiva y logre el efecto deseado debe reunir determinadas características:
- Atención eficiente: cuando logran amalgamarse los recursos de infraestructura y los recursos materiales adecuados.
- Atención oportuna: se realiza en el momento y lugar que más beneficie al proceso que presentan los pacientes, sobre todo cuando se trata de servicios de urgencia.
- Atención ética: guarda un marco ético y moral, no discriminatorio por la condición socioeconómica, tipo de enfermedad ni por otras cuestiones.
- Atención afectiva: la atención, especialmente la del médico, debe ser cumplida con sabiduría, comprensión y afecto. De esta manera se logran dos objetivos básicos: tranquilizar al paciente y mejorar la comunicación entre médico y pacientes.